Parte dos. La cena y anecdotas varias:
De la cena poco más que añadir. No recuerdo tantas cosas como vosotros. Yo me dediqué a intentar seguir la estela del Pablo alias "El Chava" Jimenez, que desde el pistoletazo de salida se puso a un ritmo infernal a golpe de wisky y gamba al ajillo. Destacar la calidad del alcohol del garito, porque pese a toda la casquería y picante que consumimos, no tuve provechitos ni ardores a posteriori.
Del anecdotario post-cena:
-Ángel no se cayó. Un placaje mío orientado hacia las escaleras del hotel, ayudó a que se formase la montonera posterior.
- Escaleras por cierto, que hacían esquina con una plazoleta en la que había una hilera de hojas secas amullicadas en el suelo. Y ya se sabe, yo todo lo que veo amullicado es objeto de que me tire encima. Está vez de panza (o eso creía) esperando deslizarme sobre las hojas secas hasta la puerta del Sol sin pararme. Resultado: roturas varias en el pantalón a la altura de los bolsillos (donde justamente tenía las llaves) y magulladuras leves.
- Bombas de humo. Otro momento más de "Esto es lo que crees que pasa, y esto es lo que realmente está pasando". Pablo, la tuya para nada fue discreta. Yo fui señalándote con el dedo gritándole a todo el mundo que vieran como escapabas calle abajo con el móvil en la oreja, tratando de pasar por un transeúnte desconocido. Pillado.
Lo de los de Toques y lo de los de Chamberí, no creo que fuera bomba de humo. Nos despedimos cortesmente de la mayoría que quedaba en la puerta del sweet. Como bien ha dicho Ángel, él se fue "cá" Maite, y los otros tres para casa. Cala iba en un principio dirección Palacio de Oriente, en lo que para Chicho era dirección Cibeles, a coger el buho. Le reoriente en al dirección correcta y nunca más se supo de él. Creo que acabó con Clara en Casa Moncho, que le pillaba de paso...
Chicho y yo cogimos un "saxi" camino del barrio, pero como estábamos agustísimo, y tras una capea infernal entre Chicho y el taxista acerca de la facturación de los taxis y los precios de las licencias, le dijimos que nos aparcase en el dailys a tomarnos la pénul. Allí, nos miraban todas. A Chicho obviamente por el bigote, y a mí porque iba con él. Ya con las luces encendidas y sonando la canción de cierre en el bar, una fémina interpreto un papel a la altura de mis tiempos de jugón antes de vivir de las rentas. Se me acercó una gachí (que estaba mejor que Chicho sin bigote y a la que no había visto en toda la noche), y me espeta:
Ella: "Tu tienes un problema".
Jota: "¿Cuál?"
Ella: "Que te encanto"
Yo: Boquinazo. Ella: NO se aparta.
Incomprensiblemente, cinco minutos después y tras cierto refriegue y cobertura inútil de chicho con la amiga enana, me encuentro yéndome a casa con el de bigote (que no con la rubia).
FIN de mi visión de la noche
De la cena poco más que añadir. No recuerdo tantas cosas como vosotros. Yo me dediqué a intentar seguir la estela del Pablo alias "El Chava" Jimenez, que desde el pistoletazo de salida se puso a un ritmo infernal a golpe de wisky y gamba al ajillo. Destacar la calidad del alcohol del garito, porque pese a toda la casquería y picante que consumimos, no tuve provechitos ni ardores a posteriori.
Del anecdotario post-cena:
-Ángel no se cayó. Un placaje mío orientado hacia las escaleras del hotel, ayudó a que se formase la montonera posterior.
- Escaleras por cierto, que hacían esquina con una plazoleta en la que había una hilera de hojas secas amullicadas en el suelo. Y ya se sabe, yo todo lo que veo amullicado es objeto de que me tire encima. Está vez de panza (o eso creía) esperando deslizarme sobre las hojas secas hasta la puerta del Sol sin pararme. Resultado: roturas varias en el pantalón a la altura de los bolsillos (donde justamente tenía las llaves) y magulladuras leves.
- Bombas de humo. Otro momento más de "Esto es lo que crees que pasa, y esto es lo que realmente está pasando". Pablo, la tuya para nada fue discreta. Yo fui señalándote con el dedo gritándole a todo el mundo que vieran como escapabas calle abajo con el móvil en la oreja, tratando de pasar por un transeúnte desconocido. Pillado.
Lo de los de Toques y lo de los de Chamberí, no creo que fuera bomba de humo. Nos despedimos cortesmente de la mayoría que quedaba en la puerta del sweet. Como bien ha dicho Ángel, él se fue "cá" Maite, y los otros tres para casa. Cala iba en un principio dirección Palacio de Oriente, en lo que para Chicho era dirección Cibeles, a coger el buho. Le reoriente en al dirección correcta y nunca más se supo de él. Creo que acabó con Clara en Casa Moncho, que le pillaba de paso...
Chicho y yo cogimos un "saxi" camino del barrio, pero como estábamos agustísimo, y tras una capea infernal entre Chicho y el taxista acerca de la facturación de los taxis y los precios de las licencias, le dijimos que nos aparcase en el dailys a tomarnos la pénul. Allí, nos miraban todas. A Chicho obviamente por el bigote, y a mí porque iba con él. Ya con las luces encendidas y sonando la canción de cierre en el bar, una fémina interpreto un papel a la altura de mis tiempos de jugón antes de vivir de las rentas. Se me acercó una gachí (que estaba mejor que Chicho sin bigote y a la que no había visto en toda la noche), y me espeta:
Ella: "Tu tienes un problema".
Jota: "¿Cuál?"
Ella: "Que te encanto"
Yo: Boquinazo. Ella: NO se aparta.
Incomprensiblemente, cinco minutos después y tras cierto refriegue y cobertura inútil de chicho con la amiga enana, me encuentro yéndome a casa con el de bigote (que no con la rubia).
FIN de mi visión de la noche